
Con la vista muy atenta Matías miraba
a aquel pintor maestro trazando con precisión su majestuoso dibujo.
_ ¡Estos trazos son una obra maestra!
– decía el maestro dibujando sobre el papel.
El discípulo miraba atentamente sin
mediar palabra porque no salía de su asombro mirando el dibujo del maestro.
Sin apartar la vista del lienzo el
maestro preguntó al discípulo:
_ ¿Qué te parece el dibujo?
_ ¡Impresionante! _ respondió el
discípulo.
_ ¡Mmm!...