Cuentos clásicos

martes, 11 de septiembre de 2018

El adolescente ingenuo


Miguel es un adolescente que vive con sus padres. Es despreocupado, le gusta la vida fácil y quiere dormir todo lo que el cuerpo le aguante.

Cuando se junta con sus amigos adolescentes Miguel se cree todo lo que le cuentan: nunca sospecha de nadie…, es fácil de seducir…, es fácil de engañar; porque es un adolescente ingenuo.

Una noche aprovechando que sus padres no estaban en casa, José llamó a Miguel y lo convenció para que le ayudara a montar una tremenda fiesta en la casa.

Esa noche Miguel y su amigo José estuvieron poniendo música súper alta, bebieron mucho y de vez en cuando, por hacer una gracia, lanzaban botellas por la ventana de la casa.

Pasaron unos días y José le ofreció tabaco a Miguel explicándole que fumar era bueno y que lo pondría súper contento. Miguel creyéndole aceptó el cigarro.

Y así iba la vida de Miguel, dejándose influenciar fácilmente por José.  Lamentablemente Miguel no sabía distinguir el peligro porque era un adolescente ingenuo.

Otro día cuando Miguel y José se encontraban fumando unos cigarros en la esquina de la casa llegaron los padres de José recriminándole su conducta rebelde.

Los padres castigaron a José sin vacaciones de verano, sin dinero y sin salir de casa, todo ello delante de Miguel. También lo amenazaron con mandarlo a un internado por su conducta desobediente y rebelde.

Cuando Miguel escuchó todos esos castigos se asustó mucho porque comprendió que no se podía ser rebelde y salirse con la suya. Por eso se fue a su casa atemorizado.

Pero cuando Miguel llegó a casa, sus padres lo estaban esperando. Estos le prohibieron rotundamente que se juntara con José el rebelde para que no le arruinara la vida.

Desde ese día y con la ayuda de sus padres Miguel aprendió a no dejarse influenciar por las malas amistades.

PD:  Castigue al rebelde para que el ingenuo aprenda que no se puede ser desobediente y salirse con la suya. Recuerde que el ingenuo aprende con el ejemplo. 

Autora: María Abreu

No deje que sus hijos tengan malas amistades, la biblia dice: No se dejen engañar: “Las malas compañías corrompen las buenas costumbres” (1 Corintios 15:33)

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