Cuentos clásicos

domingo, 14 de enero de 2018

LA ABEJA PEREZOSA


Cuando salen los primeros rayos de sol la abeja Anna se acurruca en su cama porque no le gusta madrugar.

Suena la alarma de su despertador y la abeja en medio de un bostezo balbucea:

_ ¡Uaaaah! ¡Cinco minutos más por fa…!

Vuelve a sonar la alarma, intenta levantarse, pero está tan desganada que hasta parpadear le cuesta y vuelve a repetir:

_ ¡Cinco minutos más por fa…!

Otra vez el sonido de la alarma y la abeja estira los brazos seguidos de un bostezo intentando desperezarse:

_ ¡Uaaaah!

Se levanta medio dormida y cuando sale de la colmena se da cuenta de que sus compañeras regresan cargadas de polen y néctar.

Sorprendida por lo tarde que se le había hecho bate sus alas para irse a trabajar; pero el trabajo se le acumula…, por no madrugar.

Es tanto el trabajo que se le amontona que cuando las demás abejas obreras descansan  Anna continúa trabajando…, por no madrugar.

Una noche cuando Anna regresa a la colmena con un cargamento de néctar una abeja obrera se acerca y le explica:

_ ¡La pereza roba el potencial! Debes madrugar más para que venzas la pereza.

_ ¿Pero cómo hago para despertarme con ánimo? _ preguntó la abeja Anna.

_ Al despertar debes  levántate de la cama de un salto.  No  esperes cinco minutos.

Con este buen consejo la abeja Anna aprendió a madrugar sin mucho esfuerzo. Y nunca más se le acumuló el trabajo.
Autora: María Abreu


¿Hasta cuándo, perezoso, estarás acostado? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? Un poco de dormir, un poco de dormitar, un poco de cruzar las manos para descansar, y vendrá como vagabundo tu pobreza, y tu necesidad como un hombre armado.… (Proverbios 6:10-11)


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