
Una mañana el conejo
Abiel se despertó y recordó que alguien le había ofendido. Se sintió mal, quiso
desquitarse; pero decidió guardárselo.
Se levantó de la cama,
salió de su madriguera y se fue a trabajar a la huerta. De camino se encontró con
alguien que hacía varios años le había humillado. Quiso
vengarse; pero sintió que no podía, y también se lo guardó.
De esta manera el conejo Abiel fue guardando en
su corazón: odio, enojo,...