Cuentos clásicos

martes, 3 de enero de 2017

LÁGRIMAS DE HADA


Una mañana de primavera el hada  Rihana caminaba por el bosque para celebrar con sus amigas el día de las hadas.

Un grupo de mariposas que recogían el néctar de las flores para elaborar el dulce bebida de la fiesta exclamaron:


_ ¡Rihana date prisa que llegas tarde!

El hada levantó la mano derecha en señal de saludo y luego comenzó a correr porque no podía volar.

Animada llegó al lugar de la fiesta y sonrió cuando vio a los duendes y a los gnomos tocando los tambores. También estaban las hadas de los bosques tomadas de las manos formando un círculo mágico.

Suenan las gaitas, las hadas comienzan a danzar y las mariposas ofrecen la dulce bebida con un fantástico revoloteo. Las hadas circulan libremente, brindan y celebran la gran amistad que las une.

Algunas hadas lloran de felicidad. Sus lágrimas de alegría se convierten en diminutas piedras de cristal y con ellas hacen collares que les recordarán el momento tan feliz que han vivido.

Sin embargo, aquéllas se fijaron que el hada Rihana lloraba de dolor y frustración. Al ver que sus lágrimas no se convertían en piedras de cristal el hada Rocío se acercó a preguntar:

_ ¿No entiendo qué expresan tus lágrimas?

El hada Rihana la miró por unos segundos y sin decir una palabra se sentó sobre los pétalos de las rosas que adornaban el suelo y continuó llorando con la cabeza agachada.

Frente a esta situación se hizo un silencio total… y el hada del bosque tomó la palabra para declarar:

_ Entiendo que todas estén sorprendidas porque es la primera vez que vemos un llanto de dolor y frustración.

_ ¡Creo que ese llanto no es bueno!_ pronunció el hada Rocío.

_ Llorar de felicidad es saludable;  y llorar de dolor y frustración también lo es_ explicó el hada del bosque

_ ¿Por qué?_ preguntaron las demás hadas asombradas.

_ Llorar de dolor y frustración te ayuda a sacar las emociones negativas que hay en tu interior_ reveló el hada del bosque
.
Al escuchar esta explicación las hadas se acercaron amablemente al hada Rihana y ésta le contó que tenía una herida en un ala que le impedía volar. Por lo que todas las hadas empezaron a buscar una solución.

Fue entonces cuando una mariposa se acercó ofreciendo un cofre con polvos mágicos de alas de mariposas y se lo aplicaron a sus maltrechas alas.

Al instante, el hada Rihana comenzó a curvar sus alas al compás del viento diciendo:
_ ¡Muchas gracias amigas, estoy curada!

Las hadas se sintieron tan felices que también curvaron sus alas y subidas sobre los pétalos de las rosas danzaron al ritmo del sonido de las gaitas.

Autora: María Abreu

El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado.  (Apocalipsis 21:4)