En una casa negra, con
cama negra, armario negro, sofá negro y con su gato negro vive la bruja Maruja.
Como la casa es negra y
todo lo que hay en ella es negro la bruja Maruja no distingue a su gato negro.
¿Entonces cómo lo encuentra? Pues la bruja Maruja le llama por su nombre y el
gato negro llega a sus pies maullando.
_ ¡Miauuu! ¡Miauuu!
Pero no siempre el gato
negro responde al llamado de la bruja Maruja. Muchas veces se queda escondido
debajo de la cama negra, del sofá negro o dentro del armario negro.
Por eso la bruja Maruja
para poder encontrarlo decide convertirlo en un gato rojo.
Pero el gato se enamoró
del color rojo y se fue al jardín de flores rojas, mariposas rojas y con las mariquitas
rojas jugaba al escondite…, y la bruja
no lo encontraba.
Muy enojada por el
juego del gato la bruja Maruja decide convertirlo en un gato verde.
Al gato también le
gustó el color verde y corrió entre la hierba verde, arbustos verdes y con los
saltamontes verdes jugaba al escondite…, y la bruja no lo
encontraba.
Agotandosele la
paciencia la bruja Maruja lo convirtió en un gato amarillo.
De igual manera al gato
le encantó el color amarillo y saltó hacia los girasoles amarillos, avispas amarillas
y con los patitos amarillos jugaba al escondite…, y la bruja no lo encontraba.
La bruja Maruja
entendió que al gato le encantaba jugar con los colores, por eso pintó su casa
de colores llenándola de vida y alegría.
De ese modo el gato
volvió a su casa pintada de colores y la bruja Maruja descubrió que también a
ella le gustaba la vida llena de colores.
Autora: María
Abreu
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