La sirena Rina atrapada en la jaula escuchó el canto
de su hermana y respondió entonando el mismo canto.
Entonces comenzó a nadar hacia el Oeste muy
preocupada pensando que sus hermanas estaban en peligro. Cuando llegó al lugar
descubrió a la sirena Rina y a las nereidas atrapadas dentro de una jaula.
_ ¿Qué ha pasado aquí? ¿Quién las ha metido en esta
jaula? _ preguntó la sirena Jarisna muy sorprendida.
_El fantasma de los piratas nos ha metido aquí. El
dios Forcis está de vacaciones en el lago del bosque _dijo la nereida Dashira.
_Por eso el fantasma de los piratas está haciendo de
la suya, quiere matarnos porque ayudamos a los marineros a surcar las aguas del
mar y los salvamos cuando están en peligro_ explicó la nereida Nadia.
_ ¿Rina, por
qué lloras? _preguntó la sirena Jarisna.
_ ¡Primero sácanos de aquí antes que llegue el fantasma
de los piratas dentro de su espantoso esqueleto humano! ¡Luego te contamos todo!_
sugirió la nereida Silfa.
_ ¿Y por qué no han utilizado su canto para hechizar
al fantasma de los piratas? _preguntó la sirena Jarisna a la vez que intentaba
abrir la jaula.
_Porque nuestro canto y nuestro embrujo no funcionan
con los espíritu, sólo tú sabes el canto de los fantasmas.
_ ¡No puedo abrir esta jaula está muy pesada! Llamaré
a los peces sierra para que la corten _dijo
la sirena Jarisna.
La sirena Jarisna vocalizó un bramido y los peces
sierra llegaron al lugar y cortaron la puerta de la jaula con sus afilados
dientes.
_ ¡Gracias queridos amigos!_ expresó la sirena Jarisna.
_ ¡Salgamos de aquí! Tenemos que encontrar al
fantasma de los piratas antes de que haga naufragar los barcos marinos y mueran
personas_ propuso la nereida Nadia.
_ ¡Sirena Jarisna, debemos comunicarte una mala
noticia! A nuestra hermana la sirena Sahira se la ha tragado una ballena y no
sé si ha sobrevivido en su vientre_ explicó la sirena Rina tristemente.
_ ¡No lo puedo creer! Busquemos a todas las ballenas
y al fantasma de los piratas. Entonaré el canto de los fantasmas y haré que
vuelva a la cueva de los fantasmas para que nunca más salga de ese lugar_ dijo
la sirena Jarisna triste y enojada a la vez.
Dicho esto, las
dos sirenas y las tres nereidas comenzaron a nadar en busca del espíritu de los
piratas.
No obstante, en la Ciudad Rea el príncipe Marcos muy
preocupado hablaba con su hermano diciéndole:
_Príncipe Gustavo, la princesa Jarisna salió esta
mañana a la playa a darse un baño. Me dijo que regresaría dentro de dos horas
como siempre suele hacerlo, pero ya han pasado seis horas y no regresa. Iré al
mar a buscarla_ explicó el
príncipe Marcos.
_ Iré contigo hermano_ dijo el príncipe Gustavo.
Los dos príncipes se fueron al mar conduciendo sus
lujosos coches. Caminaron por la arena y no encontraron a la princesa Jarisna.
_ ¡No está aquí, tengo miedo de que le haya pasado
algo!_ comentó el príncipe Marcos.
_ ¡Tengo una idea! Volvamos al castillo, busquemos
nuestro yate y naveguemos mar a dentro con nuestros soldados_ comentó el
príncipe Gustavo.
_ ¡Tienes razón! Pero esta vez iremos bien equipados
con tanque de oxígeno y chaleco salvavidas _explicó el príncipe Marcos muy
preocupado.
Cuando los príncipes llegaron al castillo volvieron
nuevamente al mar y empezaron a navegar mar a dentro con sus dos fieles
soldados.
En ese momento el espíritu de los piratas caminaba
sobre las aguas y cuando alcanzó ver a los príncipes navegando en su yate se
sumergió bajo las aguas. Luego llamó al gigante calamar diciéndole:
_Quiero que utilices tus fuertes tentáculos y hundas
ese yate que está navegando sobre nosotros. Dentro de él están dos príncipes
con sortijas reales muy costosas… ¡Las quiero para mí!
El calamar gigante salió a la superficie del agua,
extendió sus largos y fuertes tentáculos sobre el yate y comenzó a hundirlo.
_ ¿Pero qué demonio es esto? ¡Ese calamar está intentando hundirnos! Agárrate
bien príncipe Gustavo y mantente dentro de la cabina. Yo saldré a la cubierta lucharé
con mi espada y le cortaré los tentáculos _ ordenó el príncipe Marcos.
Mientras el príncipe marcos luchaba con el gigante
calamar las nereidas y las sirenas aún seguían nadando en busca del fantasma de
los piratas. Agotadas, salieron a la superficie del mar y vieron al calamar
hundiendo el yate.
_ ¡No!_ gritó la sirena Jarisna al ver al príncipe
Marcos atrapado en el aire por un tentáculo del gigantesco calamar.
_Sirena Jarisna canta la canción de los fantasmas
para que el espíritu de los piratas vuelva a la cueva fría de los espíritus_
sugirió la sirena Rina.
Las nereidas Dashira, Silfa y Nadia
dirigían las olas del mar hacia otro lugar para que el yate se mantuviera sobre
aguas mansas.
_ ¡Sirena Jarisna canta ahora! _gritaron las
nereidas.
_ No recuerdo la canción que me enseñó mi padre
contra los espíritus. Se me ha olvidado. _ gritó la sirena Jarisna muy
angustiada.
Sin embargo el espíritu de los piratas cuando vio
que el calamar había sumergido al príncipe Marcos se acercó a éste y le quitó
el costoso anillo perteneciente a la realeza.
_ ¡Sirena Jarisna, concéntrate! Debes salvar al
príncipe, piensa en las letras de la canción. ¡Canta ahora! _gritó angustiosamente la sirena
Rina.
La sirena Jarisna cerró sus ojos y comenzó a recordar
las letras de la canción.
Fantasma frío y sin alma
Vuelve a tu lugar con calma
Porque aquí no hay un lugar
Donde te puedas quedar
El mundo está lleno de rosas
De colores y mariposas
Pero no existe un lugar
Donde tú puedas posar
No te puedes llevar
El oro de este mar
Apártate de la vanidad
Y vuelve a tu eternidad
_ ¡No! ¡No! No cantes esa canción, no me envíes a la
cueva de los espíritus_ gritaba el fantasma de los piratas. En ese momento su
espíritu salía del esqueleto humano y se marchaba a la cueva fría de los
espíritus.
Inmediatamente las tres nereidas se sumergieron bajo
las aguas y con sus verdes ojos miraron al gigantesco calamar lo hechizaron y lo
dejaron ciego. Entonces el calamar soltó al príncipe Marcos en el agua desmallado
y sin fuerzas.
La sirena Jarisna, la sirena Rina y las tres
nereidas rápidamente nadaron con el príncipe en sus brazos hacia una gran roca
que salía a la superficie de las aguas, allí acostaron al príncipe Marcos y le
dieron respiración artificial.
En ese momento la bruja Marileyda volaba sobre las
aguas del mar en forma de un murciélago negro y al ver el lujoso yate que
flotaba sobre las aguas pensó:
_ ¡Ese yate debe ser de los príncipes!
La bruja se acercó al yate, miró por un cristal y
vio al príncipe Gustavo tirado inconsciente
con un golpe en la cabeza por los movimientos que había provocado el
gigantesco calamar al intentar hundir el yate.
_ ¡Ahí está el hermoso príncipe Gustavo, esta vez no
se me escapará! Lo casaré con mi hija_ dijo la bruja Marileyda e inmediatamente
hizo un extraño ruido como de una carcajada y llamó a cuatro extrañas aves con
alas y garras de águilas, cabeza y cola de leopardo.
Las cuatro aves llegaron y con su pico rompieron los
cristales del yate, luego con sus garras agarraron al príncipe Gustavo por los
brazos y las piernas y se lo llevaron volando rumbo al bosque dirigidos por la
bruja Marileyda.
Cuando las sirenas y las
nereidas le dieron respiración artificial al príncipe Marcos éste despertó muy
aturdido, pero la sirena Rina y la sirena Jarisna por miedo a que las
descubrirán rápidamente entonaron un canto y lo durmieron bajo su embrujo.
Este dulce canto escucha
Como un tierno niño en su cuna
Duerme bajo la dulce melodía
Que mañana brillará un nuevo día
Duerme que el azul del mar
Te hará dormir y descansar
Duerme que ya tienes en tus manos
El descanso tan anhelado
No es verdad que estás en peligro
Son cuentos tristes que te han leído
Duerme que alguien cuida tus sueños
No creas que Dios esta tan lejos
_ ¿Qué haremos con el príncipe?
Aún debemos buscar a nuestra hermana sirena Sahira que se la tragó una ballena_
dijo la sirena Rina.
_Dejémoslo durmiendo y llevémoslo al yate hasta que
encontremos a la sirena Sahira _propuso la nereida Dashira.
Las sirenas y las
nereidas llevaron al príncipe Marcos al yate y lo dejaron durmiendo bajo su
embrujo. Luego llamaron cinco caballos marinos y cada una se montó en su lomo.
Cabalgando se marcharon en busca de las diferentes ballenas investigando cuál
de todas se había tragado a la sirena Sahira con la esperanza de encontrarla
viva.
Unos tiburones azules cuando las vieron cabalgando
en los lomos de los caballos marinos se acercaron preguntando:
_ ¿Qué buscan las nereidas y las sirenas por las
aguas de los temibles y feroces tiburones azules? _preguntó un tiburón azul.
_Estamos buscando a las ballenas_ respondió la
nereida Silfa.
_Naden hacia el Norte, las vimos nadando hacia ese
lugar_ sugirió el tiburón azul.
Las nereidas y las sirenas comenzaron a nadar hacia al Norte; pero
frente a ellas se les presentó el dios Forcis con figura de hombre, alto,
fuerte, esbelto, ojos azules, cabello rubio acompañado de Nereo padre de las
nereidas, alto elegante ojos verdes, pelo blanco. Ambos habían regresado de sus
vacaciones de verano del lago del bosque.
_ ¡Hola chicas! Desde el momento en que entré a las
aguas del mar ya sé todo lo que ha pasado. Ahora mismo llamaré a todas las
ballenas para que me den explicación del por qué se tragaron a mi hija la
sirena Sahira _ dijo el dios Forcis mirando a las sirenas y a las nereidas.
En ese momento ese momento el dios Focis produjo una
corriente en las aguas del mar llamando todas las ballenas. Éstas llegaron
preguntando:
_ ¿En qué podemos servirle dios Forcis?
_Una de ustedes se ha tragado a mi hija la sirena
Sahira y quiero que la vomiten en agua ahora mismo _ordenó el dios Forcis.
_No hemos sido ningunas de nosotras _dijo una
ballena jorobada.
En ese mismo instante el dios Forcis miró a los ojos
a la ballena jorobada y se le acercó dándole un toque en el vientre. Inmediatamente
la ballena vomitó a la sirena Sahira viva y con mucha tos.
_ ¡Sirena Sahira qué bueno que estás viva hermana!_
dijeron las sirenas y las nereidas abrazándola felizmente.
_Espero que sea la última vez que una criatura
mariana intente agredir a mis hijas las sirenas_ adbirtió el dios Forcis muy
enojado.
Las nereidas se despidieron muy felices de las tres
sirenas y se marcharon a su palacio de cristal con su padre Nereo.
El dios Forcis se convirtió en una burbuja azul y se
marchó a dar un recorrido por el mar después de haberse despedido sus hijas.
Momentos después las sirenas nadaron hacia el yate
donde habían dejado al príncipe Marcos dormido bajo su embrujo.
La sirena Jarisna subió al yate y minutos después el
príncipe Marcos despertó preguntando:
_ ¿Dónde estabas? Yo estaba muy preocupado por ti.
_ Perdona príncipe Marcos es que después de haberme
bañado en el mar llamé a mi amigo el unicornio para volar un poco sobre el mar_
explicó la princesa Jarisna.
_ ¡Ah muy bien mi princesa! Yo estaba muy preocupado
por ti, pensé que te había pasado algo porque no llegaste dentro de las dos
horas que me habías dicho_ dijo el príncipe Marcos abrasándola.
_Espera… ¿Y mi hermano? ¿Dónde está mi hermano
Gustavo?_ preguntó el príncipe Marcos desesperadamente mirando para todos lados
dentro del yate.
_Quizás está en el castillo. ¿Por qué estás tan
preocupado? _preguntó la princesa Jarisna.
_ ¡No, no está en el castillo! Recuerdo
perfectamente que estaba aquí en el yate conmigo_ explicó el príncipe Marcos.
_ ¿Estás seguro de que tu hermano estaba contigo en
este yate? _preguntó la princesa Jarisna.
_ ¡Sí, princesa, estoy seguro! Mi hermano venía
conmigo_ afirmó el príncipe Marcos.
La princesa Jarisna estaba sorprendida porque ni
ella ni las nereidas se dieron cuenta que el príncipe Gustavo estaba dentro del
yate cuando el calamar gigante los atacó, sólo se ocuparon del príncipe Marcos.
_Tranquilízate príncipe Marcos, encontraremos a tu
hermano, te lo aseguro. Ahora vamos a dormir que ya es de noche. Mañana en la
mañana lo buscaremos a primeras horas del día _dijo la princesa Jarisna
consolándole y abrasándole.
Ya muy de noche el príncipe y la princesa Jarisna se
acostaron a dormir en el yate, cuando la princesa Jarisna vio que el príncipe
estaba totalmente dormido, silenciosamente se lanzó al mar convirtiéndose
nuevamente en una hermosa sirena.
Una vez en las
profundas y oscuras aguas del mar la sirena Jarisna produjo una corriente
marina para comunicarse con su padre el dios Forcis.
El dios Forcis llegó en forma de una burbuja azul explicándole
que al príncipe Gustavo la bruja Marileyda se lo había llevado al bosque
inconsciente por un golpe en la cabeza cuando el calamar gigante intentaba
hundir el yate.
La sirena Jarisna muy sorprendida le dio las gracias
a su padre por la información y nuevamente subió al yate convirtiéndose en
princesa y se acostó a dormir junto al príncipe Marcos.
Al día siguiente el príncipe Marcos despertó muy de
mañana preocupado por su hermano, la princesa Jarisna despertó y se le acercó
diciendo:
_Tu hermano se lo ha llevado la bruja Marileyda al
bosque.
_Esa malvada bruja no descansará hasta casar a mi
hermano con su hija. Yo quiero mucho a mi hermano y soy capaz de dar mi vida
por él. Naveguemos hacia el bosque princesa_ dijo el príncipe Marcos muy
preocupado.
Los príncipes navegaron hacia el bosque, luego
dejaron el yate en la orilla del mar y comenzaron a caminar.
_ ¡Otra vez los príncipes en el bosque! _dijeron dos
pequeñas ardillas.
_ ¡Hola amigas ardillas! ¿Cómo están? _preguntó la
princesa Jarisna.
_ ¿En qué podemos ayudarles príncipes?_ preguntaron
las dos aridillas mientras caminaban junto a ellos muy de prisa.
_Estamos buscando a mi hermano el príncipe Gustavo_
dijo el príncipe Marcos un poco nervioso.
_Nosotras podemos ayudarlos, hemos visto al príncipe
Gustavo aquí en el bosque_dijeron las dos ardillas.
_ ¿Dónde lo han visto? _ preguntó el príncipe
Marcos.
_Está en el centro del bosque frente a la cueva de
la bruja Marileyda_ dijeron las dos ardillas.
_Caminemos hacia ese lugar_ dijo el príncipe Marcos
cambiando de dirección y caminando rápido.
Cuando llegaron al centro del bosque vieron al
príncipe Gustavo atado con unas cuerdas en el tronco de un árbol frente a la
cueva de la bruja Marileyda.
El príncipe Marcos intentó acercarse al príncipe
Gustavo para liberarlo, pero la bruja Marileyda lanzó un líquido muy pegajoso
al suelo y todos quedaron con los pies pegados
sin poder caminar.
El príncipe Marcos al no poder caminar gritó:
_ ¡Suelta a mi hermano malvada bruja, déjalo en paz
de una vez por todas!
_De ahí no te podrás mover, además tengo un plan_
dijo la bruja Marileyda entre risas.
_ ¿Qué clase de pegamento es este? ¡No puedo mover
los pies!_ preguntó la princesa Jarisna.
_ ¡Tranquila princesa que un día de estos caminarán!_
dijo la bruja Mireya.
El príncipe Gustavo despertó del desmayo y al verse
atado expuso:
_ ¡Suéltame de este árbol malvada bruja!
_ ¡Bienvenido al centro del bosque querido príncipe
Gustavo, veo que has despertado de tu desmayo!
_Príncipe Marcos y princesa Jarisna ¿Qué les pasa?
¿Por qué no se pueden mover de ahí? _preguntó el príncipe Gustavo confundido.
__La bruja ha lanzado un pegamento sobre el suelo y
nuestros pies han quedado pegados, no podemos caminar_ dijo el príncipe Marcos.
_ ¿Príncipe Gustavo, has visto la cueva que está
frente a ti?_ preguntó la bruja Marileyda.
_ ¡Sí, malvada bruja ahí la veo!_ respondió el
príncipe Gustavo.
_En esa cueva está mi hija con la que te vas a
casar, la besarás y romperás el hechizo _explicó la bruja Marileyda.
En ese instante dos hambrientos y agresivos leones
se acercaban al árbol donde estaba el príncipe Gustavo atado, éste muy asustado
y sin poder moverse se lamentó:
_ ¡Oh no! Nunca pensé que terminaría muriendo en las
garras de dos leones.
_ ¡Bruja Marileyda suelta a mi hermano, no dejes que
esos leones lo devoren!_ gritó el príncipe Marcos sintiéndose impotente.
La bruja Marileyda miró a los dos leones y muy
enojada lanzó un hechizo sobre ellos diciendo:
A ver si adivina,
Alabastrina
Que estos leones
Se conviertan en gallina.
Los dos leones inmediatamente se convirtieron en dos
gallinas y se marcharon cacareando del centro del bosque.
_ ¡Gracias bruja Marileyda, me has salvado la vida!_
dijo el príncipe Gustavo en medio de un suspiro.
_Lo he hecho por mi amada hija, te necesito vivo y
sin rasguño _declaró la bruja Marileyda.
_Mi hermano no se casará con tu hija malvada bruja.
Además nunca la hemos visto ni sabemos bajo qué clase de hechizo está sometida_
indicó el príncipe Marcos muy enojado.
_Tranquilo príncipe Marcos, hoy por fin verás a mi
hija. Saldrá de esa cueva a darle un beso al príncipe Gustavo a quien ella tanto
ama_ dijo la bruja Marileyda.
_ ¡Eso nunca lo permitiré! Dile que salga de la
cueva ahora mismo para decírselo cara a cara_ dictaminó el príncipe Gustavo muy
enojado.
_Es increíble, aquí tengo dos príncipes uno guapo,
dotado de valentía y de sensibilidad y a ti príncipe Gustavo la vida te ha
favorecido dándote tanta belleza e inteligencia_ expresó la bruja Marileyda
mirándolos a los ojos.
_ ¡Déjanos en paz de una vez por todas! Suelta a mi
hermano y quita este pegamento del suelo, déjanos ir_ dijo el príncipe Marcos.
_No irán a ningún lado, llamaré a mi hija para que
le dé el beso al príncipe Gustavo_ dijo la bruja Marileyda muy enojada.
Dicho esto la bruja llamó a su hija Dallanara. En
ese instante comenzaron a escucharse unos extraños ruidos dentro de la cueva.
Los príncipes y las ardillas miraron hacia la cueva
temblando de miedo por el extraño y espantoso ruido que se escuchaba; pero repentinamente
frente a ellos aparece el hada de las rosas diciendo:
_ ¡Bruja malvada, otra vez intentando hacerle daño a
los príncipes!
_ ¡No soporto tu agradable olor a rosas, me das
alergia, aléjate de mí!_ ordenó la bruja muy enojada.
_ ¡Alejate tú malvada bruja!_ dijo el hada de las
rosas e inmediatamente comenzó a llamar por su nombre a diferentes flores
aromáticas.
Las flores aromáticas llegaron lanzando polen en diminutas células masculinas en forma de huevos.
El polen comenzó a entrar por la nariz de la bruja desencadenando picor de
ojos, lagrimeos, picor nasal, estornudos, arenillas en los ojos, cansancio,
depresión, fiebre y tos.
_ ¡No por favor, las flores me dan alergia aléjense
de mí!_ gritó la bruja Marileyda mientras se marchaba corriendo a su cueva con
grandes lagrimeos y estornudos.
Dallanara, la hija de la bruja al escuchar hablar al
hada de las rosas se detuvo y no salió de la cueva.
Luego el hada de las rosas lanzó un rocío mágico
sobre el suelo y el príncipe Marcos, la princesa Jarisna y las dos ardillas
pudieron mover sus pies. Luego corrieron y soltaron al príncipe Gustavo y luego
dijeron:
_ ¡Gracias hada de las rosas, una vez más nos ha
salvado de los poderes de la malvada bruja!
_Saben que pueden contar conmigo siempre y cuando
sea para luchar a favor del bien _dijo el hada de las rosas rodeada de olorosas
flores.
Los príncipes se despidieron del hada y de las dos aventureras
ardillas y se marcharon a la orilla del mar donde habían dejado su yate, luego
se fueron nuevamente a la ciudad…
Continuará...
Leer el capítulo I,
El príncipe y la sirena, capítulo I
Autora: María Abreu