El tigre Leonardo
estaba cansado de vivir en conflicto con el león. Éste siempre lo atacaba y le
hería verbalmente. Tenían choque de personalidad.
También había tenido
algunos pequeños conflictos con otros animales de la selva. Era difícil la
situación para el tigre Leonardo. Se sentía triste, inseguro y a veces
culpable.
Mantener la paz era
difícil para él, por lo que se apartó de la selva y se fue hacia unas espesuras
de arbustos para no tener contacto con
nadie.
Allí se sentó en el
suelo con una enciclopedia de pensamientos tristes en su mente.
Justo enfrente de él una
abeja estaba trabajando en un panal de miel. Al ver la desmoralización de tigre se acercó a
preguntar:
_ ¿Qué te pasa?
El tigre le contó sus
penas mientras la abeja revoloteaba enfrente suyo. Ésta después de escucharlo
le dijo:
_ En la vida siempre tendremos conflictos, así es la naturaleza en donde vivimos.
_ Pero es que no sé
cómo enfrentarlo _ se lamentó el tigre.
_ Primero debes
comprender cuál es el origen del conflicto y mantenerte callado _ explicó la
abeja.
_ ¿Por qué? _ preguntó
el tigre melancólico.
_ La respuesta más poderosa ante el conflicto
es el silencio. Cuando guardas silencio ante quien quiere meterte en un
conflicto, éste finalmente se autodestruirá.
Dicho esto, la abejita
se marchó y continuó trabajando en su panal de miel. El tigre continuó sentado
y reflexionando. Luego agarró una hojita verde y escribió:
_ ¡Debo guardar
silencio!
Horas después se
levantó y se marchó a lo llano de la selva. Allí cuando algunos animales
querían meterlo en algún conflicto el tigre sacaba su hojita verde y leía para
sí:
_ ¡Debo guardar silencio!
De esta manera el tigre
aprendió que la manera de responder ante un conflicto es una elección. y la mejor elección es:
_ ¡Debo guardar silencio!
_ ¡Debo guardar silencio!
Autora: María
Abreu
Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio;
El que cierra sus labios es entendido. (Proverbios 17:28)
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