En las profundidades
del mar, dentro de un palacio de cristal vive el pececito Ramoncito.
Dentro del palacio hay
un bello jardín donde a Ramoncito le encanta divertirse subiéndose en las
flores marinas para mecerse al compás del agua.
Bueno, como Ramoncito
es un pececito alegre que le gusta divertirse se le ocurrió la idea de celebrar
su cumpleaño por todo lo alto. Así que invitó a todos sus amiguitos.
De mañana muy temprano
llegaron los peces globos para decorar el palacio, los peces payasos para
animar la fiesta, las estrellas marinas y la medusa arcoíris para alumbrar la
oscuridad.
........
......
Luego comenzó la fiesta
y los invitados que vivían muy lejos llegaron montados a lomos de caballitos de
mar. Todos bebían, reían, compartían y finalmente se comieron la gigantesca
tarta con forma de tiburón.
Muy tarde al anochecer
los animales acuáticos se marcharon del palacio y el pulpo Enriqueto decidió
quedarse a ayudar a Ramoncito a limpiar el palacio.
_ ¡Manos a la obra!_
gritó el pececito Ramoncito mientras limpiaba.
Sin embargo el pulpo
Enriqueto se quedó boquiabierto cuando vio que Ramoncito echaba el papel, los
plásticos y los vidrios en una misma bolsa.
Y después de observar unos minutos se acercó explicando:
_ ¡Ramoncito es muy
importante aprender a reciclar!
_ ¿Por qué? _ preguntó Ramoncito.
_ ¡Porque cuando reciclas permitirás que esos objetos
puedan volver a ser reutilizados!_ explicó el pulpo Enriqueto.
_ ¿Reutilizados cómo? _ curioseó Ramoncito.
_ ¡Es como darle una
segunda vida con el mismo uso u otro diferente!_ explicó el pulpo Enriqueto.
Dicho esto el pulpo
Enriqueto apartó tres pequeños contenedores: uno de color azul para el papel y el cartón, otro de color amarillo para los
plásticos y otro de color verde para los
vidrios.
Con estos bonitos
colores el pececito Ramoncito aprendió a reciclar echando cada objeto en su
lugar correspondiente.
Y como ya había dicho
antes que al pececito Ramoncito le gustaba divertirse, pues decidió organizar otra fiesta llamada: La fiesta del reciclaje…
En esta fiesta todos
aprendieron a reciclar de una manera muy divertida.
Autora: María
Abreu
Purifícame con hisopo,
y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve. (Salmo 51: 7)