
Caminaba Adán
placenteramente por el jardín del Edén y ponía nombre a cada animal que se
encontraba a su paso. Un día, cuando acariciaba la melena de un león
repentinamente se le apareció un ángel
anunciando:
_ Adán, vengo a comunicarte
que Dios te dará una compañera para que no estés solo.
_ ¿Una compañera? _
preguntó Adán sorprendido.
_ ¡Sí Adán, una
compañera! _ afirmó el ángel.
_ ¿Y para qué quiere
Dios darme una compañera?...