Un hombre calvo estaba
sentado en una terraza tomando una taza de café. Una mosca que volaba alrededor, al respirar el aroma del café se
acercó a la taza y se tomó un trago. Después maliciosamente alzó el vuelo y le
picó al hombre calvo en la cabeza.
Continuaba la mosca
rondando por la cabeza del hombre calvo y cada vez que éste se tomaba un trago de café la
desvergonzada mosca aprovechaba y le deba un picotazo en la calva.
Otro trago de café;
pero esta vez, cuando la maliciosa mosca se acercó para picarle en la calva, éste levantó la mano y le dio un manotazo. La mosca cayó sobre la mesa
y con una pata coja reclamó:
_ ¡Calvo malvado! ¡Por
un simple picotazo intentaste quitarme la vida!
_ ¡Al que actúa con malicia, severa justicia! _
respondió el hombre calvo.
La atrevida mosca con
la pata coja alzó el vuelo y se marchó del lugar dolorida y enojada.
PD: El que actúa con maldad, tarde o temprano
recibirá su castigo.
Guía mis pasos conforme a tu promesa; no dejes que me domine la
iniquidad. (Salmos 119:133)
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