Una mariposa volaba de
jardín en jardín buscando un empleo como polinizadora de flores. Cada día
dejaba su currículum en una hojita verde a los colibríes de los jardines y luego se marchaba.
Como no tenía empleo,
su necesidad económica iba en aumento, tanto era así que muchas veces no podía
comprar polvitos de colores para variar su vestimenta.
Pasaba el tiempo y al
ver que no la llamaban de ningún jardín, se le iban acabando las esperanzas. Y
para su desconsuelo cada día los amigos
se iban apartando de ella por no tener dinero para salir y compartir con ellos.
La soledad, la
frustración y la sensación de sentirse miserable la mantenía acostaba sobre la
hoja de un pequeño árbol sin ánimo de levantarse para seguir luchando. De vez
en cuando soplaba el viento y los rayos de sol bañaban sus alas, pero la
mariposa en su tristeza no se levantaba,
sólo esperaba a ver si alguien la llamaba para ofrecerle el tan anhelado
empleo.
Un gusanito que caminaba por el borde de la misma hoja al
ver que la mariposa pasaba horas y horas afligida acostada sobre ésta se acercó
y le dijo:
_ El mayor estancamiento para vivir es la
espera, porque al estar pendiente del mañana te estás perdiendo el día
de hoy.
La mariposa se quedó
mirando al gusanito por unos instantes
hasta que rompió su silencio diciendo:
_ Creo que debo hacer
algún voluntariado y ejercitar algún hobby hasta que encuentre un empleo.
Desde ese día la
mariposa empezó a hacer voluntariado en diferentes lugares y cuando llegaba al
pequeño árbol escribía cuentos cortos en las hojas de este.
Pasados los meses, un colibrí la llamó para ofrecerle un empleo
en sus jardines. Cuando la mariposa llegó a uno de los jardines observó las
flores con sus perfumados colores e inmediatamente empezó su trabajo de
polinizadora con mucha alegría.
Y para su sorpresa, en
la noche, cuando llegó al pequeño árbol encontró a varios insectos sobre las
hojas de éste leyendo sus cuentos cortos.
Un saltamontes cuando la vio acercase dio un salto de felicidad y exclamó:
_ ¡Léenos uno de tus
cuentos por fa!
La mariposa alumbrada por los
destellos de las luciérnagas empezó a leer uno de sus cuentos favoritos y todos
los insectos allí presentes escuchaban en silencio incluyendo a la cigarra y al grillo. La mariposa al terminar
de leer, susurró en voz baja:
_ ¡Mañana será un gran
día! ¡Dulces sueños!
_ ¡Dulces sueños!
_respondieron todos.
De esta manera la mariposa entendió
que los tiempos de crisis siempre se superan y que muchas veces en esos tiempos
puede fluir la creatividad para sacar lo mejor de cada uno.
Autora: María
Abreu
No temas, porque yo
estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te
ayudaré (Isaías 41:10)
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