En un lejano bosque
vivían unas hadas para las cuales su prioridad en la vida era estar siempre
bellas porque cada año un príncipe iba y elegía a una para casarse. Por eso casi
siempre permanecían bañándose con especias aromáticas en las aguas cristalinas
de la fuente de la belleza.
Una mañana cuando todas
peinaban su larga cabellera llegó un príncipe y cuando las hadas lo vieron
rápidamente salieron del agua colocándose una al lado de la otra como era
costumbre para que el príncipe eligiera a su favorita.
Pero el príncipe quedó
impactado con la belleza de Mindiz. Y para asegurarse que sería la compañera
ideal se le acercó preguntándole:
_ ¿Para ti qué es más
importante? ¿La belleza o la sabiduría?
Hada rosada |
El hada Mindiz, con
olor fragante, larga y rubia cabellera, mejillas rosadas y cuerpo escultural.
Con mucha picardía le guiñó uno de sus ojos azules y respondió:
_ ¡La belleza es más
importante por supuesto!
El príncipe
decepcionado y haciendo un movimiento con la cabeza le dijo:
_ Lo siento, no creo
que seas tú a la que estoy buscando.
El hada Mindiz miraba
con mucha tristeza cómo el príncipe se marchaba mientras que las demás le
susurraban:
_ Has respondido bien
amiga. ¡No estés triste!
Al día siguiente el hada Mindiz decidió salir a buscar flores aromáticas y para su sorpresa vio al príncipe sentado bajo la sombra de un árbol. Rápidamente se hizo una corona con las flores y se la colocó en la cabeza. Luego corrió y se le presentó haciéndole un divertido baile.
Pero para su desconcierto no logró impactarlo ya que sólo consiguió que terminara pidiéndole que se marchara.
Pero para su desconcierto no logró impactarlo ya que sólo consiguió que terminara pidiéndole que se marchara.
Regresó minutos después
y al ver que el príncipe continuaba en el mismo lugar se agachó detrás de un
árbol y comenzó a tirarle piedrecitas.
_ ¿Qué haces?_ gritó el
príncipe agachando la cabeza.
Ella al sentirse descubierta caminando de puntita se apresuró a preguntarle:
_ ¿Qué es eso que
tienes en las manos?
_ Es un mapa_ respondió
el príncipe.
_ ¡Uy! A mí no se me da
bien leer los mapas ¿Para qué lo lees?_ preguntó el hada.
_ Estoy investigando
otras fuentes donde haya hadas que no sólo se preocupen por la belleza para
casarme con una_ respondió el príncipe.
Al escuchar esto el
hada Mindiz se fue corriendo a la fuente de la belleza y entre lágrimas se lo
contó a las demás hadas, pero éstas sólo guardaban silencio. Segundos después,
ella misma rompía el silencio diciendo:
_ Una vez escuché decir
que aquí en el bosque está la fuente de la sabiduría, podemos ir a buscar un
poco.
_ Lo sentimos por ti
amada amiga; pero sabes que nuestra profesión es estar siempre bellas. ¡Vivimos
para la belleza!_ respondió una de las hadas.
El hada Mindiz preocupada porque no quería que el príncipe se marchara sin ella decidió marcharse
sola.
Cuando llegó a la
fuente de la sabiduría se sorprendió al ver que en sus aguas cristalinas resplandecía la ciencia de los consejos y la sensatez. Y maravillada
decidió sumergirse en sus aguas.
Luego salió corriendo
en busca del príncipe y al verlo que se estaba subiendo en el caballo gritó:
_ No te vayas sin mí. ¡Llévame
contigo!
_ Lo siento, no respondiste bien a mi pregunta_ dijo el príncipe.
_ Pregúntame otra vez_
clamó el hada.
_ ¿Qué es más
importante la belleza o la sabiduría? _ preguntó el príncipe.
_ La sabiduría es más
importante_ respondió el hada.
_ ¿Por qué?_ volvió a
preguntar el príncipe.
El hada sorprendida
porque no esperaba el por qué de su respuesta, con mirada tierna respondió:
_ Porque la sabiduría nos
capacita para enfrentar con prudencia los diferentes acontecimientos de la
vida.
El príncipe muy feliz
por la respuesta bajó del caballo y la abrazó. Se la llevó al castillo y allí se casaron y fueron muy felices.
Autora: María
Abreu.
La mujer necia es alborotadora, ingenua e ignorante.
(Proverbios 9:13)
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