Había una vez un
príncipe que se sentía muy solo y cada tarde salía al jardín de su castillo a
escribir poemas sin descubrir
que un hada lo miraba todas las tardes escondida detrás de las flores.
El príncipe no se detenía a contemplar la
belleza de su jardín porque siempre estaba con la cabeza agachada escribiendo
sus lamentaciones.
Un día, aburrido de
hacer siempre lo mismo se le ocurrió la idea de cortar todas las plantas y las
flores de su jardín para hacer una piscina más grande que la que tenía, así que
escogió a cinco de sus siervos para que lo destruyeran.
El hada del jardín cuando vio que los siervos
venían a destruir el jardín se puso en
contacto con todos los árboles y con todas las flores para que no se dejaran
cortar.
En ese instante el jardín cobró vida y mágicamente los árboles empezaron a sacar sus brazos de ramas y dándoles azotes a los siervos los tiraban al suelo.
Las flores se unieron a la batalla y comenzaron a utilizar sus dulces fragancias y sus lindos colores para atraer a los insectos los cuales llegaron por aire y tierra. Y picándoles por todo el cuerpo le produjeron hinchazón y comezón en la piel.
En ese instante el jardín cobró vida y mágicamente los árboles empezaron a sacar sus brazos de ramas y dándoles azotes a los siervos los tiraban al suelo.
Las flores se unieron a la batalla y comenzaron a utilizar sus dulces fragancias y sus lindos colores para atraer a los insectos los cuales llegaron por aire y tierra. Y picándoles por todo el cuerpo le produjeron hinchazón y comezón en la piel.
Los siervos salieron
del jardín corriendo y muy asustados le
contaron lo sucedido al príncipe Pablo.
El príncipe sorprendido
les explicó que donde hay flores es natural que encuentren insectos y que las
ramas de los árboles se mueven por el viento que sopla.
Pero para salir de dudas envió a otros siervos
al jardín para que lo destruyeran.
Cuando los siervos
llegaron al jardín todas las flores muy enojadas comenzaron a dispararles polen
en diminutas células masculinas, en forma de huevos, desencadenando picor de
ojos, lagrimeos, picor nasal y estornudos.
Los siervos se
marcharon corriendo y le contaron lo sucedido al príncipe, pero el príncipe les
explicó que es natural que el polen de las flores produzca alergia a algunas
personas.
Después el príncipe
llamó a sus consejeros biólogos para que fueran y miraran si veían algo extraño
en su jardín, pero éstos cuando llegaron al jardín sólo observaron la hermosura
de las flores y el verde de los árboles. Luego fueron donde el príncipe y le
comunicaron que todo estaba en perfecta armonía.
Al día siguiente el
príncipe fue al jardín como cada tarde a escribir poemas y al levantar la
cabeza por un segundo vio una figura entre las flores parecida a la figura de
una mujer y comenzó a caminar hacia las
flores para ver qué era lo que se escondía.
El hada asustada
permanecía agachada detrás de las flores
hasta que llegó el príncipe y la descubrió.
El hada, con cuerpo
escultural, larga y negra cabellera, ojos verdes, rostro fino, labios llenos,
olor agradable y con hermosa sonrisa se
puso de pie y le dijo:
_ ¡Hola Príncipe Pablo! Quiero que sepas que no he dejado que destruyas el jardín porque las flores son la
sonrisa del planeta y hay que hacer que el planeta continúe sonriendo.
El príncipe Pablo sorprendido y feliz la miró a los ojos y le
dijo:
_ ¡Gracias hermosa
hada, te prometo que cuidaré de mi jardín y de toda la naturaleza!
Desde entonces el príncipe salía muy feliz cada tarde a contemplar la belleza del jardín y a hablar con
el hada, hasta que la conquistó con sus poemas, se casaron
y fueron muy felices.
Autora: María
Abreu
Porque también la
creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa
de los hijos de Dios. (Romanos 8:21)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Pon tus comentarios